Seres Intraterrenos

 


Las historias de civilizaciones intraterrenas son parte de la mitología y la literatura de ciencia ficción, pero no tienen una base científica o evidencia que las respalde en la realidad. Estas historias suelen involucrar la existencia de sociedades avanzadas que habitan en el interior de la Tierra, en lugar de en la superficie. Aquí hay algunas de las narrativas más conocidas sobre civilizaciones intraterrenas:

Agartha: Agartha es una supuesta ciudad subterránea que se cree que existe en el corazón de la Tierra, según algunas teorías esotéricas. Se afirma que Agartha es el hogar de una civilización avanzada y sabia que ha existido durante miles de años. A menudo se relaciona con la creencia en la Tierra hueca.

Shambhala: Shambhala es una legendaria ciudad o reino que se encuentra en las montañas del Himalaya, pero también se ha asociado a veces con la idea de una civilización intraterrena. Se le atribuye sabiduría y espiritualidad, y se dice que solo los más puros de corazón pueden encontrarla.

Telos: La historia de Telos se originó en la literatura de ciencia ficción de Richard Shaver y posteriormente fue desarrollada por otros autores. Se describe una ciudad intraterrena habitada por una raza avanzada llamada los Deros. La ciudad de Telos se encuentra en el interior de la Tierra y se dice que es un lugar de paz y armonía.

Hollow Earth: La teoría de la Tierra hueca sostiene que el planeta está hueco en su interior y que allí podría existir un mundo subterráneo con su propia atmósfera y ecosistema. Aunque esta teoría ha sido desacreditada por la ciencia, ha sido fuente de inspiración para muchas historias de civilizaciones intraterrenas.

Estas narrativas son principalmente obras de ficción, esoterismo o pseudociencia, y no tienen fundamento en la realidad. La ciencia ha demostrado que el núcleo de la Tierra está compuesto principalmente de hierro y níquel y no es un espacio habitable para civilizaciones intraterrenas. Estas historias a menudo se basan en creencias místicas, espirituales o teorías de conspiración, y no deben considerarse como hechos científicos.

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